Consideraciones sobre la Actividad Musical

Con cierta frecuencia se ven músicos convencidos de su talento y profesionalidad, les parece adecuada su forma de comportarse en el escenario o en el ensayo; a veces no se aceptan, de buena manera, sugerencias o críticas referidas a su relación e interacción musical con los otros instrumentistas, a su técnica, a la incapacidad de seguir una dirección, etc.

Las actitudes de autodefensa parecen reacciones muy humanas; sin embargo, en el ámbito profesional pueden tener consecuencias desastrosas para los que desean trabajar y ganar algo de dinero con la actividad musical. Esto se agudiza en territorios pequeños donde el número de músicos y de trabajos disponibles es menor. Las buenas oportunidades para un músico pueden ser escasas; por lo tanto, cuando estas oportunidades se presentan es deseable estar preparado en el mayor número posible de habilidades profesionales.

Sin duda, una buena formación profesional debería proporcionar, más allá del hecho técnico-interpretativo, conocimientos en habilidades relacionadas con el trabajo en equipo y orientación sobre cómo desenvolverse en estos aspectos grupales y profesionales: es lamentable ver un músico cuando se maneja de un modo desastroso en su entorno profesional, peor aún si está acreditado por una titulación de profesor de instrumento (en este caso se cuestiona el valor de la titulación). En este terreno, como en cualquier otro, hay unas personas más en forma que otras. Posiblemente no exista una fórmula que se adapte de igual manera a todos los músicos, esto es porque hay distintas situaciones personales y profesionales; funciones dentro del grupo; formas de entender la música; inquietudes; niveles y entornos diferenciados, etc.

Es probable que para ganar algo de dinero debamos hacer lo que nos pidan a cambio: esto se entiende en otras profesiones, por eso nos preguntamos: ¿Porqué en la música muchos piensan que pueden hacer lo que quieran y como quieran? Otro tema es el del músico de cierto renombre interpretando en público la música que desea de la manera que quiera; pero esto es competencia de productoras y programadores de conciertos (en ciertas ocasiones, el público soporta, e incluso aplaude, la arrogancia de algún supuesto genio).

Para retomar el hilo, contando además con el aspecto competitivo que rodea al entorno profesional en estos tiempos, quizás sea adecuada una toma de posición en cuanto a lo que deseamos de la música, con quién queremos compartir esta experiencia artística y profesional, y de qué manera... Si necesitamos dinero, y estamos dispuestos a seguir un criterio contrario al nuestro, es mejor realizar el trabajo con el mejor ánimo posible; en cualquier caso, lo prudente es aportar y defender nuestras ideas, pero eso sí: nunca por encima de las buenas formas.

Artículo firmado por Carlos Mompeó

 

Comentarios:

Totalmente de acuerdo con su contenido, creo firmemente que sea cual sea la profesión de alguien, si ésta se desarrolla en grupo, se ve claramente quién es cada uno, todas aquellas asignaturas "emocionales" pendientes, salen al trasluz: el ego (egoísmo, egocentrismo), inseguridades que dan la mano a la envidia, miedos que hacen vivir a la defensiva, etc... Por tanto, es importante el trabajo personal, no sólo en la disciplina que uno elija, sino en ser mejores cada día, mejores personas, querernos y querer al otro, compartir, entender...Todos quedamos en evidencia cuando exponemos nuestro trabajo porque en parte de él está nuestra esencia, lo que somos.

Amada Cabrera

 

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